Un buyer persona, en base a su relación con la marca o producto, puede ser decisor, prescriptor, influenciador o negativo. Mientras los tres primeros tipos están directamente vinculados al acto de compra y lo determinan de forma primaria o secundaria, el negativo no tiene intención de consumir, prescribir o recomendar nuestra marca pero tiene unas características específicas que le hacen receptor del mensaje.
Cuanto más complejo es el target de una marca o un producto, más buyer personas serán necesarios para definir una correcta estrategia de marketing. Hay que tener en cuenta que, en la mayor parte de los casos, el público objetivo será demasiado heterogéneo para circunscribirlo a un solo perfil tipo. Así, una misma marca puede tener varios buyer persona en base a los que se personalizará tanto el mensaje como el discurso de marca.